Una piel joven se caracteriza por su elasticidad y firmeza. Sin embargo, con el paso de los años, va perdiendo de forma natural y progresiva su firmeza y elasticidad, que son los primeros signos del envejecimiento. Esta flacidez cutánea se debe, en particular, a una disminución de la producción de fibras de colágeno y elastina. Para contrarrestar este envejecimiento natural y mantener una piel firme y tonificada, la aplicación de una crema facial específicamente diseñada para reafirmar la epidermis es una de las soluciones adecuadas. Centrémonos en sus beneficios.
Los signos y causas de la flacidez de la piel.
La piel está constantemente agredida y debilitada por diversos elementos, principalmente por factores internos como los cambios hormonales, la falta de hidratación y el estrés oxidativo, pero también por factores externos como la exposición solar, el tabaquismo, la contaminación, los hábitos de vida, etc., favoreciendo así el envejecimiento cutáneo y la aparición de flacidez cutánea. Este fenómeno comienza ya a partir de los 30 años y se manifiesta a través de diversos signos:
Pérdida de definición del óvalo facial;
Flacidez de los rasgos;
Pérdida de firmeza de la piel;
Pérdida del rebote de las mejillas.
Una de las causas de esta flacidez cutánea es la ralentización de la tasa de renovación celular. En efecto, los fibroblastos de la dermis se vuelven menos eficaces y sintetizan menos eficazmente el colágeno y la elastina, dos proteínas que garantizan la firmeza y la elasticidad de la piel. Con la edad, el contenido de fibras de colágeno disminuye aproximadamente un 1% cada año , a partir de los treinta años. Esta importante disminución se intensifica durante la menopausia, lo que favorece la flacidez cutánea (disminución del 30% en los primeros 4 años y, luego, del 2% anual de media). Además, el colágeno es sensible a ciertas enzimas (metaloproteinasas) activadas por los rayos UV o por el fenómeno de glicación (rigidificación de las fibras), lo que hace que el colágeno se deteriore y su contenido en la dermis disminuya progresivamente. Como resultado, la piel pierde progresivamente firmeza y las arrugas se profundizan. Las fibras de elastina también se ven afectadas por el fenómeno de glicación. Así, con el tiempo, las fibras de elastina y colágeno se vuelven escasas. De la misma manera, el contenido de ácido hialurónico, uno de los principales componentes de la matriz extracelular dérmica cuya función primordial es asegurar la hidratación de los tejidos, se vuelve cada vez más escaso. Su pérdida progresiva contribuye a la pérdida de volumen tisular y, en consecuencia, a la flacidez cutánea. Por tanto, la piel se reseca, pierde luminosidad y tono.
Para tonificar y mantener la elasticidad de la piel del rostro, opta por la aplicación diaria de una crema facial denominada “reafirmante”. Formulada con principios activos tensores, ayuda a combatir la flacidez cutánea y a reducir las arrugas potenciando la producción de colágeno, favoreciendo la renovación celular y estimulando la oxigenación de los tejidos mediante masajes. De este modo, ayuda a recuperar la firmeza, la luminosidad y la elasticidad de la piel del rostro. Además, este tipo de cremas también contribuyen a la hidratación de la piel, dejándola suave y tersa al tacto.
Gracias a una combinación de ingredientes, la crema reafirmante proporciona un efecto tensor visible sobre la epidermis que se percibe a simple vista, ayudando así a mantener la flexibilidad y elasticidad de la piel. Combina la acción tonificante y remodeladora, la acción hidratante y nutritiva y la acción antioxidante.
Para potenciar el poder activo de la crema reafirmante, es fundamental realizar las acciones diarias adecuadas. Para utilizar esta crema, aplicar una pequeña cantidad uniformemente por todo el rostro, así como en el cuello y el escote, sobre la piel limpia y seca, después del sérum habitual. Se recomienda aplicar los tratamientos realizando masajes ascendentes para permitir que la crema penetre en la piel. El masaje cutáneo también es beneficioso para estimular las células cutáneas. Se debe realizar un masaje facial regular y suave dando golpecitos en la piel con las yemas de los dedos y realizando movimientos circulares para estimular la microcirculación sanguínea y oxigenar los tejidos. Para obtener resultados satisfactorios, también se recomienda utilizar el tratamiento por la mañana y por la noche, dos veces al día, para obtener el máximo efecto. Este tratamiento es adecuado para pieles maduras, pero no se recomienda para pieles sensibles.